Nunca sabemos cuándo
será el último día de nuestras vidas, nuestras últimas lágrimas o sonrisas.
Mi vida desde un
comienzo no fue fácil, a pesar de todo sigo aquí, ¿cuál es mi propósito?
Aun no lo sé bien, pero sigo aquí y es por algo.
Ayer sucedió algo,
casi tenía la posibilidad de ver de frente a la muerte, más sin embargo hoy
tengo la oportunidad de estar escribiendo esto, oportunidad que quizá el día de
mañana o cualquier otro día, no podría tener ya.
Es irónico, hace
tres años intente suicidarme, odie el hecho de seguir viviendo, cada día era de
tristeza, lagrimas, soledad, amargura, dolor y mucho más. No hay manera para
describir cada sentimiento y que este se transmita con la misma intensidad.
Desperdicie mucho en
cosas innecesarias, en tristezas que quizá pude evitar o simplemente no darles
importancia.
Sí, todo lo que
desperdicie fue en esos años de depresión. La depresión no es algo que
elegimos, simplemente caemos en ello, y cuando tocamos fondo ya es decisión nuestra
si queremos seguir en lo mismo.
Yo logre salir de
aquel estado, en un principio no fue fácil, caía y me levantaba, pero, gracias
a ello comencé a apreciar más los momentos de alegría, de felicidad; gracias a
ello le reste importancia a las críticas o poca aceptación de la sociedad,
entonces gracias a ello comencé a vivir, no más sobrevivir, ahora era momento
de vivir.
Antes de entrar en
aquella depresión, había muchas cosas que no apreciaba debidamente, la compañía
de mis amigas, el cariño y los pequeños detalles de la vida, entre otras cosas.
Cuando mi salud comenzó
a ir de mal en peor, comenzaba a atesorar aquellos momentos de bienestar,
puesto que sabía que tarde o temprano podía volver a enfermar.
Puede sonar cruel,
pero en ocasiones necesitamos pasar por malas experiencias para apreciar más lo
que nos rodea, y así, restarle importancia aquello que nos daña, nos estorba y
no sirve en nuestras vidas.
Honestamente, ¿realmente
apreciamos esos momentos en que estamos bien? ¿Cuándo no estuvimos
en depresión, apreciamos eso? Inclusive ¿realmente apreciamos
la salud que tenemos que otros no? En lo personal yo no lo hice, tuve que pasar
por distintas situaciones para inclusive tener que apreciar el más mínimo
detalle.
Con lo sucedido
ayer, mi vida no volverá a ser la misma, pero de lo malo sacare lo bueno. De la
tormenta del ayer, hoy puedo ver el sol de otra manera.
No puedo ni
quiero desperdiciar un día más de vida, ni en lágrimas, tristezas, dolor,
amargura, rencor u odios. En cualquier momento podría morir, hoy, mañana,
cualquier día, no lo sé, pero sí sé que quiero disfrutar cada día como si fuese
el último, y no quiero olvidar esta lección de la vida misma, pues esta puede
terminar en un segundo.
Sé que suena irónico,
decir que quiero vivir después de haber odiado eso, es algo que no podría explicar
bien y muchas personas no lo entenderían, para esto tendrían que
experimentarlo, más sin embargo no es fácil de soportar, se requiere de mucho
para sacar algo bueno de todo lo malo.
Soy consciente
de que puedo enojarme con alguien, sentirme triste, no soy inmune ante
cualquier sentimiento, malo o bueno, pero en mi esta decidir de qué manera lo
tomare y si voy a permitir que aquello que me daña controle mi vida.
Quiero vivir
bien, ser una mejor persona, hacer las cosas mejor, no quiero irme de este
mundo sin haber dejado algo bueno y tampoco quiero irme estando enojada con
alguien, pues no sé si el día de mañana aun estaré aquí.