sábado, 3 de enero de 2015

Yo Sala Samobójców (mi vida)


Lo pensé mucho para escribir mi historia, así que comenzare de la siguiente manera:
Parte de mi niñez fue de lo mejor, no tenía preocupaciones ni razón alguna para llegar a estar triste, pero de la noche a la mañana todo cambio.
Un día descubrí que mi hermano menor estaba enfermo. Llevar su tratamiento no era fácil, el hospital donde lo atendían quedaba en otra parte del país. La mayor parte del tiempo me quedaba sola o a cargo de otras personas en casa, debido a que mis padres tenían que salir de viaje con él.
Hay una parte un tanto difícil de mi vida, aun me cuesta un poco de trabajo hablarlo, pero ya no me afecta. Muchas veces me quedaba sola o aun cuando no lo estaba… abusaron de mi sexualmente, varias veces. Nunca conté nada a nadie en aquel entonces, porque era solo una niña, no era consciente de que lo que me sucedía era malo, simplemente no sabía lo que era. Poco a poco comencé a notar que no me gustaba, sentía miedo, tenía pesadillas, no podía estar tranquila. Nadie sabe lo que se siente no poder defenderte y no tener quien te defienda.
Nunca lo dije por dos razones: porque no conocía malicia alguna, no tenía conciencia de que aquello no estaba bien y porque sabía bien que la persona que saldría perjudicada no me era ningún desconocido, en lo absoluto.
Después de todo ese tormento llego un momento aún peor, mi hermano había muerto. Nunca más lo vería, nunca más jugaría con él, nunca más sonreiríamos juntos, pero yo sé que a pesar de que sufrió por su enfermedad él fue muy feliz.
Pasaron los años, mi vida continuaba. Recuerdo cuando estudiaba la escuela secundaria, mis amigas estudiaban allí pero en la mañana, yo en la tarde. En mi salón de clase yo era una de las mejores, mis calificaciones eran buenas, no tenía por qué preocuparme y solo tenía una amiga en el salón.
Cuando algún chico me gustaba, como no era la más bonita, nunca me hacía caso y eso lo tenía más que claro, era algo así como la típica “patito feo” de allí comenzó mi baja autoestima.
Tenía buenas notas, pero obviamente no era la más bonita, eso siempre me hizo sentir muy mal, solo que en aquel tiempo no era algo que me preocupara mucho, pero en ocasiones si deseaba ser la más hermosa para que aquel chico que me gustaba pudiese verme.
Un año antes de terminar mis estudios conocí unas amigas realmente geniales, con ellas me divertía mucho, no se comparaban en nada a la otra amiga que tenía, que lejos de ser una “amiga” muchas veces solo era un dolor de cabeza, siempre me buscaba cuando ella quería.
Después de todo se iban a terminar las clases, he hice el examen para entrar a una de las “mejores” preparatorias de la ciudad (Para mí nunca lo fue), cuando vi los resultados me sentí tan feliz al saber que había logrado entrar, nunca imagine que mi tormento comenzaría allí.
Cuando comenzaron las clases en la prepa, no sé porque, comencé a sentir cierta tristeza, cierta soledad, todo era tan vacío y quizás algo superficial, no me agradaba, realmente me convertí en alguien muy triste. En ese tiempo les dije a mis padres que no quería estar allí, pero tuve que seguir puesto que la colegiatura ya estaba pagada.
Estando en ese lugar cambie mucho, mi manera de ser, de vestir, no era la misma, mis calificaciones eran un fiasco, si alguna vez estuve entre las mejores del salón, ahora era una de las peores, eso fue una gran golpe para mí, así que mi autoestima iba cada vez más abajo, aunque ya no fuese un “patito feo” aun así era un fiasco.
Recuerdo que algunos chicos se fijaban en mí, pero ninguno me interesaba.
Creo que realmente no había un motivo tan fuerte para sentirme mal, pero me sentía abrumada, sentía tristeza siempre, aunque estuviese acompañada, la verdad es que no encajaba con nadie, eso equivalía a sentirme sola, no podía decirle a nadie el tipo de música que me gustaba porque pensaban que era una “satánica” ya era suficiente con que a mis espaldas dijeran que era una “fresa” solo por como caminaba, pero ese era mi estilo, ¿No se supone que cada persona tiene el suyo? Sé que me veían como bicho raro por el hecho de no ser como ellos. Si tenía amigas, realmente eran amigas, pero ellas estaban en otro salón, estudiaban otra cosa, así que eso seguía equivaliendo a que estaba sola. En aquel entonces todo se fue al carajo, mis días de depresión comenzaron, casi no comía, no me apetecía, no me gustaba salir, solo me la pasaba frente a la pc, mis días se convirtieron en días de tormentas (llenos de lágrimas) y de la nada comencé a cortarme una y otra vez.
Pasaron como seis meses, les volví a decir a mis padres que me quería cambiar de prepa, pero igual no me dejaron, me sentía muy mal.
Un día dentro de tanta desesperación y por lo que estaba pasando decidí suicidarme, les envié un mensaje a mis únicas amigas diciendo lo mucho que las quería y una noche lo intente, tome pastillas, esas porquerías no me sirvieron, me acosté en la cama con la esperanza de ya no despertar y desafortunadamente desperté, muy mal, pero desperté, estuve un día entero en cama, no podía levantarme, vaya que me habían hecho muy mal efecto.
Pasaron los días, las cosas en mi vida iban un poco mejor, ingenuamente creí que todo cambiaria, pero no, comenzaron las clases y todo comenzó a ser igual.
Tiempo después un compañero de clases se enteró que yo nunca había tenido novio, no sé porque creyó que era lesbiana, el muy idiota lo comenzó a comentar a mis espaldas con uno de sus amigos e incluso con su novia que yo era lesbiana. Aquello me hizo enfurecer, pero no hice nada, la gota que derramo el vaso fue cuando se metió con una amiga mía, se atrevió a decir que ella y yo teníamos algo más que una amistad.
Había sido doloroso el hecho de que ningún chico que me gustaba se fijara en mí, porque en aquel entonces no era la más “bonita”, pero era aún más doloroso el hecho de que por tal motivo de nunca haber llegado a tener novio pensaran que yo era lesbiana. Que me hicieran daño podía soportarlo, pero que se metieran con mi amiga, eso no iba a tolerarlo y decidí dejarle de hablar a ella, pero no pude hacerlo, era la única que me entendía, aunque a ella no le importara eso, a mí sí, no puedo describirlo, solo sé que dolía.
Tantas veces llore, pocos sabían lo que me pasaba y nadie lo entendía. Llego un momento en que se lo dije todo a mi madre, ¿saben lo que dijo? Que yo era la del problema, eso me mato, ¿cómo podía seguir viviendo así? La vida me parecía tan injusta, tenía un amigo, gracias a él, mis días eran menos miserables de lo que ya, él era tan conocido por todos y yo tan “x” tan gris e insignificante.
Yo comenzaba a enfermar mucho y muy seguido, mis padres me culpaban porque decían que no me cuidaba bien, para colmo en la prepa tenía que soportar lo que decían a mis espaldas, ver mis pésimas notas y peor aún, mi salud no era la mejor en ese entonces, en pocas palabras mi vida se estaba yendo por un precipicio y no podía salvarla. ¿Cómo se supone que debía sentirme? ¿Cómo? Si todo estaba muy mal, siempre que las cosas parecían ir mejor, terminaban mucho peor.
Llego un momento en el que ya no entraba a clases, me sentía tan asfixiada cuando lo hacía, ¿para qué hacerlo? Siempre que lo intentaba salía corriendo, recuerdo como mis amigas tenían  que llevarme al salón y después se iban a sus clases.
Había momentos en los que me quedaba afuera sentada, sola y solo esperaba a que pasaran las horas para irme a casa, supongo que me veía rara estando allí sin hacer nada y pensado en lo patética y triste que era.
Siguió pasando el tiempo y los días, mis lágrimas aumentaban, mi soledad, las cortadas en mis muñecas, las quemaduras, todo.
Un día me sentía muy mal físicamente para entrar a la clase de “biología” así que me quede afuera, entonces un chico con cara de niño se me acerco y me hablo, me agrado mucho, nunca imagine que en algún momento se convertiría en mi novio, mi primer novio. Una vez me enoje con él, fue cuando comenzábamos a ser amigos, me llego a mandar un mensaje diciendo cosas que no entendí, entonces me entere que una amiga le conto cosas muy personales mías, eso me hizo cabrear, él no tenía por qué saberlo y era algo que me correspondía a mi decir.
Días después comencé una relación con él, creo que fue una mala idea, ¿o no? Me la pasaba muy bien a su lado, siempre pensé que merecía alguien mejor que yo, me sentía tan insignificante. Supongo que era un tormento tener una relación con alguien tan triste que odiaba su vida.
Sus amigos y mis conocidos en la prepa decían que yo no lo quería, ¿por qué? Por el simple hecho de que yo no era la típica novia “cursi” y “melosa”. Eso me dolía, mucho, realmente dolía; era doloroso porque creo que él también lo pensaba, si algo puedo asegurar es que lo quise demasiado.
Me destruía que aquel al que yo quería pudiese pensar que no era así, me llegue a odiar tanto por eso, me odiaba porque no podía ser como las demás, yo quería ser como las demás chicas solo por él. Me detestaba tanto que me sentía muy mal, peor que nunca, nada en mi vida estaba mejor, ¿qué caso tenia vivir? Decidí nuevamente suicidarme, por una parte no quería hacerlo por él, pero por otra me decía a mí misma que era lo mejor, dejar de existir, sería mucho mejor.
Si todo estaba mal en mi vida, todo iba a terminar a un peor. Él y yo terminamos después de casi un año de noviazgo, bueno realmente no terminamos, un día simplemente se fue y nunca regreso.
Me saltare lo que paso en ese entonces, ya que aún duele un poco.
[…]
Esos días fueron más dolorosos que ya toda mi vida entera, el dolor traspaso todo, todo, tanto que se convirtió en algo tan grande que ya ni el cortarme era suficiente. Si mi vida no pintaba para ir en algún momento mejor ¿qué carajos seguía haciendo viviendo? Al final solo tenía dos opciones, vivir o morir…

Sigo aquí, mi vida en sí, nunca fue fácil, estoy mucho mejor que antes, nada me destruye tan fácil, ahora entiendo el dicho “lo que no te mata te hace más fuerte” y tengo mayor fortaleza, si de algo estoy segura es que si alguien intenta meterse conmigo de nuevo lo pagara muy caro. En ocasiones me digo “si pudiera viajar al pasado me cuidaría a mí misma de todos aquellos que me quisieran hacer daño o simplemente si tuviera la fortaleza de ahora me defendería”.
Sé que mi historia es una entre tantas, pasaron muchas cosas y contar cada detalle duele, tan solo con ver hacia el pasado duele, no igual que antes.
No tolero cuando algunos dicen que son débiles, muchas veces yo lo dije, sinceramente no creí que alguna vez saldría de ese estado, pero sigo aquí y ha sido tan pesado vivir todos estos años, siempre pensé que no habría día que dejaría de cortarme, pero ese día llego.
No tolero cuando incluso yo me siento débil, cuando me quiero dar por vencida, aún hay muchas cosas que me gustaría conocer, ir de viaje, leer muchos libros, tantas cosas y ¿qué vale más, hacer lo que “ellos” quieren o lo que yo quiero hacer? Nadie vivirá por mí, ni soportara las cosas por mí, entonces ¿por qué debería preocuparme por lo que dicen los demás? Debería tan solo concentrarme en hacerme feliz a mí misma, es difícil pero no imposible. Se lo que es estar dentro y también fuera de tal tormento, por ello es que no tolero aquellos que dicen que son débiles y no pueden, quizás debería entender un poco más, pero quizás es solo mi desesperación  porque se sientan mucho mejor, perdón.
He conocido diferentes historias, ante algunas me siento tan pequeña, ante otras me pregunto ¿“cómo pueden llorar por tan poco”? Sé que la vida no es fácil, ya pase por eso, hay esperanza, después de haber intentado suicidarme más de una ocasión lo puedo decir, hay esperanza por más mínima que sea.
Sé que no a todos les gusta mi blog ni lo que escribo aquí, pero sinceramente, es mío y si no les gusta no los obligo a que entren, no los obligo a que me traten de comprender y si es una “basura” entonces es mi basura, no entiendo porque les pica tanto, lo pondré fácil, si no les gusta háganse el suyo, ¿sencillo cierto?
Algunos lectores si les agrada, gracias, me dan muchos ánimos, también hay quienes entran al blog solo por el chat y no saben ni que carajos.
Algunos en algún momento trate de ayudarlos, pero para ser honesta no se puede ayudar a aquel que no quiere ser ayudado. Muchos valen la pena y es lamentable que estén tan mal, pero otros, de verdad que les he llegado a odiar y comprendo, siendo como son, es natural que nadie los quiera.
Algunas cosas fue mejor omitirlas, algunas otras debieron ser mejor detalladas, pero en si no importa que tanto escriba, ninguna palabra es suficiente para describir cada lagrima, cada cicatriz, ni todo el dolor. Aunque hubiese puesto todo, pasarían años para poder detallar bien mi vida, lo que viví en varios años, la soledad y tristeza cuando mis padres no estaban, saber que mi hermano menor sufría por su enfermedad, el saber que ya no era pura (la violación) que ya valía tan poco, el hecho de no ser hermosa, muchas cosas más y lo que he vivido últimamente.
Ahora mi vida está tranquila, dentro de lo que cabe, estudio en otra prepa, menos prestigiosa y más costosa, pero estoy tranquila, fue difícil enfrentar a mis padres, pero tenía que hacerlo, por mí. Se supone que debería estar ya en la universidad, me atrase, sé que mis padres quieren que estudie alguna ingeniería, no quiero, siendo honesta prefiero mil veces pedir limosna bajo un puente a tener que dedicar mi vida entera a algo que no quiero.
Sé que muchos no se tomaran la molestia de leer todo esto, que quizá no describe nada de lo que dolió todo, pero gracias a quienes lo vean. Cada una de las entradas dice algo en especial que alguna vez me destruyo, realmente este blog fue mi refugio en muchos momentos de soledad, aquí donde podía venir y nadie me juzgaría por ser como soy o por mis gustos, aquí donde si a alguna persona no le agradaba yo tenía todo el derecho de recalcar que es mi blog, mío.
Hubiese querido una vida tranquila…